A los 83 años, muere el legendario Pete Rose, el líder de imparables de todos los tiempos en Grandes Ligas

J.L. HERMIDA USCANGA/Foto cortesía MLB

El líder de imparables de todos los tiempos en el beisbol de Grandes Ligas, relegado del Salón de la Fama del beisbol por su participación en apuestas cuando era manager de los Rojos de Cincinnati, el legendario Pete Rose murió hoy 30 de septiembre a los 83 años de edad.

Rose acumuló 4,256 imparables en una carrera de 24 temporadas que comenzó en 1963 y finalizó en 1986.

Rose nació el 14 de abril de 1941 en Cincinnati, Ohio, equipo de ciudad natal donde jugó 19 campañas de su brillante carrera, las 16 primeras y las tres últimas.

Fue integrante de aquella Máquina Roja que ganó las Series Mundiales de 1975 y 1976, donde conformó ese cuadro de oro con Jonny Bench como receptor, Tony Pérez en la inicial, Joe Morgan en la intermedia, David Concepción en el campo corto y Pete Rose jugando la antesala.

Era un deleite verlo jugar y a donde llegó mostró esa clase que comenzó en los Rojos de Cincinnati, que continuó con los Filis de Filadelfia pasó una campaña con los Expos de Montreal, antes de regresar a los Rojos en 1983 para jugar las tres últimas campañas y desbaratar la marca de Tu Cobb.

Imposible olvidar sus espectaculares barridas de cabeza cuando llegaba a la antesala, su arrojo para correr las bases, y su valentía para jugar a la defensiva.

Rose comenzó jugando la antesala, y ya con Filis y Expos prolongó su carrera cubriendo la primera base.

Bateaba a los dos lados y era un chocador nato.

Sus 4,252 imparables, dejaron atrás la marca que había implementado Ty Cobb con 4,189 imparables también en 24 temporadas.

En sus tiempos de novato vino a principios de los años 60 vino a jugar un juego de exhibición en el estadio Ignacio Zaragoza de la ciudad de Puebla.

En 2007 en una visita a Las Vegas lo encontramos en el Campo de los Sueños, una tienda que vende artículos deportivos, donde adquirías una pelota en poco más de 100 dólares y el mítico ex pelotero te estampa su autógrafo con mucho cariño, mientras veía en un monitor la carrera de caballos.

En ese entonces su representante platicó la lucha que había sostenido Rose para ser perdonado por las Grandes Ligas y lograr su ingreso al recinto de los inmortales, lo que nunca sucedió.

A lo largo de su carrera ganó tres Series Mundiales, donde con los Rojos en 1975 y 1976, y la tercera con los Filis en 1980, en apenas su segunda campaña con ese club.

Hoy se apagó la luz del líder de imparables de todos los tiempos que, hasta aunque no sea parte de Cooperstown, será recordado siempre por su entrega en el campo y su madera de regar imparables por todos los terrenos tanto a la zurda como a la derecha, y al que quizá terminen otorgándole el perdón post mortem para ser parte del recinto de los inmortales en la mejor pelota del mundo, porque aunque se haya equivocado por su gusto por las apuestas, el señor se lo ganó pulso partiéndose el alma sobre el terreno de juego.

Descanse en paz.