Puebla se rinde a sus Pericos campeones, los nuevos reyes de la pelota mexicana

En el zócalo de la ciudad dentro del marco del desfile de la Independencia, miles de aficionados se entregan a manager, directivos y jugadores verdes con la presencia del gobernador Sergio Salomón Céspedes y el edil municipal, Lalo Rivera

J.L. HERMIDA USCANGA/Fotos Gobierno de Puebla

Tal como sucedió hace siete años, en el mismo zócalo de la ciudad y en el marco de los festejos del Aniversario de nuestra Independencia, apenas 12 horas después de la conquista del sexto banderín de la historia de la Liga Mexicana, los Pericos de Puebla festejaron la conquista del gallardete de la Serie del Rey 2023 y levantaron en todo lo alto la Copa Zaachila que conquistaron una noche antes en el estadio Revolución de Torreón, al superar 5-4 en el sexto juego de la final a los Algodoneros de Unión Laguna.

Ante la presencia de miles de aficionados que se dieron cita en el zócalo de la ciudad, además del ejecutivo estatal Sergio Salomón Céspedes Peregrina y el presidente municipal, Eduardo Rivera Pérez, en un escenario similar al de siete años donde Rafael Moreno Valle Rosas festejó a lo grande, los verdes escucharon los cantos y las porras de sus aficionados que eufóricos siguen festejando la conquista del banderín.

Fue el reconocimiento a un equipo de valientes que peleó palmo a palmo durante la campaña regular, que se metió en el cuarto lugar del Sur en el standing general y que aprendió la lección de la primera ronda de playoff cuando tuvo al Águila de Veracruz en jaque desde el tercer juego y no lo pudo rematar perdiendo los cuatro siguientes.

Así fue, como con esa estafeta de mejor perdedor, que para nada importa, los Pericos se encontraron contra Diablos a los que dejaron por primera vez en el camino en seis juegos; contra Yucatán y finalmente ante Unión Laguna, levantándose de ese 0-2 en contra, lo que no había conseguido jamás en las instancias finales, concretamente en 2014 y 2017.

Sí, esa primera ronda dejó una enseñanza: jamás confiarse y jamás dejar crecer al enemigo, y logró dos hazañas que nunca había conseguido, romper ese dominio pingo y en la final, recuperarse ante la adversidad.

Y las ganas de ganar, de rematar al rival, lo demostró el manager Sergio Omar Gastélum en ese sexto partido cuando se derrumbó Yoimer Camacho en el sexto episodio y trajo desde el bullpen al zurdo Héctor Villalobos sin importarle que el de San Quintín podría ser el abridor del séptimo juego si la serie se extendía al límite.

Gastélum pensó en acabar a la voz de ya, y finalmente con esa reacción en la novena entrada consumó la obra.

Un equipo que fue creciendo, y que prácticamente para los últimos duelos contra Diablos, toda final contra Leones y la Serie del Rey, se quedó sin su tercer abridor Héctor Sepúlveda quien, salió lastimado de la mano de lanzar en un presunto asalto en una tienda de autoservicio.

Pero Ynoa se fajo como los grandes , el zurdo Villalobos tomó la estafeta de Sepúlveda, Yoimer Camacho, aún con dolencias en el hombro se las ingenió para aportar su clase en el cerrito, y el bullpen, sí ese criticado cuerpo de relevistas, sacó el coraje a la hora cero con un Roel Ramírez, increíble; Luis Santos que se fajó sobre el final; Erick Preciado que cumplió y representa el futuro verde; Jesús Huerta como el relevo largo más confiable, y Elkin Alcalá haciendo sufrir a la fanaticada, pero cumpliendo con su trabajo.

Allí en el festejo donde asistieron en su mayoría los peloteros titulares y la base extranjera, quienes volaron desde Torreón a Huejotzingo en un vuelo privado, el mismo edil municipal aprovechó para entregar la Cédula Real de la ciudad a los campeones Pericos de Puebla, y a su presidente del Consejo de Administración, José Miguel Bejos, ese mismo que un día de 2018 le dijo a su padre don Alfredo Miguel “quiero entrarle al beisbol y comprar a los Pericos”, y como dijo el mismo empresario de origen libanés “se salió con la suya y aquí andamos juntos”.

Asimismo, el ejecutivo poblano que llevó a los verdes a jugar a su natal Tepeaca durante un partido de pretemporada, y al que lo envuelve una gran pasión por el beisbol en una tierra que ha dado beisbolistas amateurs reconocidos, agradeció la entrega y el esfuerzo de la familia Miguel y presumió lo que le dijo a su tocayo Sergio Omar Gastélum “te encargo a mis Pericos y a la afición de Puebla, y vamos por el campeonato. Y no me quedó mal”.

Fue el mismo Güero Gastélum, enfundado en su primera verde, quien entregó la copa en manos al gobernador poblano. «Le cumplí», le dijo el sonorense quien conquistó su primer banderín como timonel en una novel carrera que comenzó en la segunda campaña del 2018, exactamente cuando la familia Miguel ya se movía para adquirir la franquicia de Pericos.

Con la emoción desbordada el gobernador ofreció 20 mil playeras de la leyenda de “Pericos campeones” que mandará a fabricar su gobierno para repartirlas en una semana en el estadio Hermanos Serdán, entre los aficionados que lleven su comprobante de que estuvieron presentes en el escenario apoyando a los verdes durante la ronda de playoffs.

Entre tanto la afición continuaba vitoreando a sus campeones con el grito de “Vamos Peter, vamos Ynoa, vamos Carter, Vamos Danny…” motivaba a los muchachos a tomar el micrófono para dirigirse a su eufórica afición que hoy convirtió al zócalo municipal en un verdadero manicomio y en una auténtica sucursal del nido verde, soportando los rayos del sol que caían con todo.

Danny con su acento boricua agradeció a los espectadores lo mismo que Gabriel Ynoa, Peter O´Brien, Ciro Norzagaray y hasta Chris Carter, que llegó de Monclova para cargar al equipo y quedarse con la estafeta de Jugador Más Valioso de la Serie del rey, tomó el micrófono para expresarse en su poco español, a pesar de las raíces mexicanas que lo hacen jugar en el circuito como pelotero don doble nacionalidad.

Y para aquellos que pensaban que Gerardo Benavides tenía una deuda histórica con la ciudad y con el equipo, a pesar de su título de 2016 y sus dos gallardetes seguidos en el Sur, con lo que hizo Carter por los verdes, ya todo quedó saldado, y en el completo olvido.

Entre 1925 cuando nació la Liga Mexicana al profesionalismo y Puebla se convirtió en el primer campeón con el 74 Regimiento pasaron 38 largos años para que la afición pudiera disfrutar un segundo banderín con aquellos inolvidables Pericos de 1963, que para gusto de muchos especialistas ha sido la novena mejor armada que ha tenido Puebla en todos los tiempos.

Desde esos Pericos de los Camacho, comandados por Tony Castaño y con la familia Budib y los Tame como dueños, pasaron otros 16 años para que los Ángeles de Puebla dieran a la entidad otro banderín aquel 14 de septiembre de 1979.

Un año después de su coronación el beisbol por el movimiento de peloteros, pero sin contar los títulos de Los Ángeles 450 en 1981 y 1982 en la Liga Nacional (ANABE), volvieron a pesar otros siete años para que aparecieran los Ángeles Negros con su título en 1986.

Y de ahí apareció la segunda sequía más prolongada para una franquicia poblana, aunque acompañada de muchos ires y venires de la pelota profesional.

Fue así como en 2016, estos mismos Pericos de Puebla, que llegaron en el año 2000 para vivir la permanencia más prolongada del beisbol en la ciudad, tres décadas después de lo que hicieron los Ángeles Negros, ellos consiguieron lo mismo frente a los Toros de Tijuana y también en patio ajeno.

Y para rematar este 2023, siete años después de esa corona y cinco más tarde de la llegada de la nueva directiva comandada por José Miguel Bejos, los verdes vuelven a subirse al escenario del zócalo de la ciudad en pleno desfile del 16 de septiembre para volver a festejar con su afición.

Mención especial merece esta nueva organización que en tan poco tiempo logró ir construyendo un equipo peleador como siempre, hasta regresarlo al protagonismo después que la lista de peloteros que recibió en 2018, donde sólo permanecen Miguelito Guzmán y Antonio Lamas, no era para nada la que esperaba la afición.

Pero, con críticas y todo por delante, de miles de voces que aparecen hoy en todos lados, Alfonso “Chato” López y todo su grupo de estrategia deportiva, entre ellos su hijo Enrique, Wilmer Reina y muchísimos héroes anónimos, lograron dar a Puebla otro glorioso banderín.

Incluso para el “Chato” entre verano e invierno acumula ya como directivo, una carrera que comenzó al principio de los 90, diez anillos de monarca.

Sí, y así como hace siete años Moreno Valle levantó en todo lo alto la copa de monarca, hoy la imagen se volvió a repetir con Sergio Salomón, quien desde esos tiempos gozaba de una gran amistad con el desafortunado gobernante poblano.

Hoy Puebla vuelve a estar de fiesta festejando un campeonato más, y lo ha logrado gracias al beisbol, y a sus aguerridos Pericos de Puebla, que goza de la estafeta de monarca de la Liga de Desarrollo de invierno, de la liga tabasqueña y ahora de la Liga Mexicana de Verano.
Felicidades y enhorabuena Puebla, enhorabuena directivos,  enhorabuena afición, enhorabuena grupos de animación y enhorabuena , campeones.

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