En un duelo lleno de emociones y goles, el Puebla derrota 4-3 a Xolos en el Cuauhtémoc

PUEBLA, Pue.-

El Estadio Cuauhtémoc fue escenario de una noche mágica, de esas que reafirman por qué el fútbol sigue siendo el deporte de las emociones extremas. En un duelo de auténtico alarido, el Puebla derrotó 4-3 a los Xolos de Tijuana en la Jornada 13 del Torneo Apertura 2025 de la Liga BBVA MX, con un cierre que levantó a todos los aficionados de sus asientos.

Desde el silbatazo inicial, ambos equipos mostraron la intención de ir al frente. Puebla, urgido de resultados, salió con una propuesta más ofensiva de lo habitual, mientras Tijuana buscaba aprovechar los espacios con velocidad. Apenas al minuto 7, el Cuauhtémoc estalló con el primer gol del encuentro: Carlos Baltazar, uno de los más constantes del equipo, aprovechó una gran jugada colectiva para abrir el marcador con un disparo cruzado que venció al arquero visitante. El grito de gol fue también un desahogo para una afición que llevaba semanas esperando una alegría.

Sin embargo, el segundo tiempo cambió el rumbo del encuentro. Kevin Castañeda aprovechó dos desatenciones defensivas para darle la vuelta al marcador con un doblete en apenas siete minutos (52’ y 59’), haciendo que el silencio se apoderara por momentos del estadio. Parecía que la historia se repetía: Puebla luchaba, jugaba bien, pero no concretaba.

Pero esta vez la Franja no estaba dispuesta a rendirse. En cuestión de minutos, el equipo mostró carácter y corazón. Ricardo Marín empató el partido al 67’, y solo dos minutos más tarde, el joven Álvaro De la Rosa, quien debutaba con el primer equipo, hizo realidad el sueño de todo canterano al marcar el 3-2 que devolvió la esperanza a las tribunas. El Cuauhtémoc rugió como en los viejos tiempos.

El dramatismo no se detuvo ahí. Cuando el encuentro entraba en su recta final, Mourad Daoudi empató para Tijuana al minuto 83’, aprovechando un rebote dentro del área que parecía condenar al Puebla a otro empate frustrante. Sin embargo, el destino guardaba una última sorpresa.

Ya en tiempo de compensación, con el reloj marcando el 90+5’, Carlos Baltazar apareció de nuevo, como el héroe de la noche. Con un disparo potente y preciso desde la media luna, selló el 4-3 definitivo, desatando la locura en las gradas. Los jugadores corrieron hacia la banca para celebrar juntos, conscientes de que esta victoria significaba mucho más que tres puntos.

Con este resultado, Puebla rompe una racha de nueve jornadas sin ganar y obtiene apenas su segundo triunfo en los últimos 22 partidos de Liga MX. Además, reafirma su dominio sobre Tijuana en el Estadio Cuauhtémoc, donde los Xolos no ganan desde enero de 2021, acumulando ya cinco derrotas consecutivas.

Más allá del marcador, el partido dejó sensaciones positivas: el debut con gol de un joven promesa, el liderazgo de Baltazar, la entrega del equipo y el respaldo de una afición que nunca dejó de creer. Fue una noche redonda para La Franja, que recuperó confianza y orgullo ante su gente, en un encuentro que será recordado como uno de los más vibrantes del torneo.