La inolvidable tarde cuando el zurdo Espinoza y Rancho La Soledad brindaron un juegazo ante Cuba

Aquel 16 de julio de 1985 en el Hermanos Serdán la poderosa escuadra campeona del mundo en una gira por nuestro país enfrentó al campeón de la Liga Interobrera, que representó a Puebla, y sufrió para vencerlo

J.L. HERMIDA USCANGA

PUEBLA, Pue.- El 16 de julio de 1985, el parque Hermanos Serdán, que en ese año disfrutaba de nueva cuenta del regreso del beisbol de Liga Mexicana, se vistió de gala con la presencia de la poderosa selección cubana que realizaba una gira de preparación por nuestro país.

Contrario a lo que podrán imaginar, el rival no fueron los Ángeles de Puebla que estaban en plena participación durante la temporada de 1985 del circuito de verano, sino la selección de Puebla, que tenía como base al equipo de Rancho La Soledad, campeón reinante en la Liga Interobrera, el principal circuito amateur en aquellos tiempos en la entidad.

Cuba, que contaba en sus filas con peloteros de la talla del “Niño” Omar Linares, quien tenía todo para brillar en la pelota del mundo, pero nunca quiso dejar a su querida Isla, Antonio Pacheco, Lourdes Gurriel, padre de los bigleaguers Yuniesky y Lourdes Jr., Antonio Muñoz y Luis Casanova, entre otras grandes figuras.

Del lado poblano se encontraban David “Pipiol” Arroyo, Eleazar Camarillo, David “La Paloma” Vázquez, Ramón Garibay, Esteban Valtierra, Javier Fuentes, Eliseo Arrieta, Manuel Díez, Andrés Saviñón y Adrián Rodríguez, entre otros.

Esa noche la carta estelar de la selección poblana se llamó Rafael Espinoza Morfín. El zurdo con escasos 25 años estaba en el mejor momento de su brillante carrera como pelotero amateur, después de un fugaz paso por los Ángeles de Puebla, en la Liga Nacional, hizo sufrir y le pintó cara a la mejor selección de pelota amateur del orbe.

JUEGAZO

Desde luego, Cuba con esa gran selección de estrellas era el gran favorito y la afición, que registró una asistencia de más de siete mil espectadores, pensaba que tendría un día de campo.

No fue así, porque, aunque Cuba salió con los brazos en alto, esa tarde de martes se encontró con un zurdo Espinoza imponiendo su clase en el cerrito, atornillando a la artillería antillana en cinco imparables y par de carreras durante siete entradas con dos tercios, una de ellas inmerecida.

 El zurdo se trenzó en un duelazo en la cumbre con el abridor cubano, el derecho José Luis Alemán, quien en contra parte brindó un recital de un imparable y 12 ponches durante ocho episodios.

Esa tarde, Cuba sacó un triunfo por blanqueada de 3-0, en uno de los duelos internacionales que mayor lustre le han dado a la pelota poblana.

El zurdo contuvo a Cuba en una carrera durante siete episodios, producto del cuadrangular solitario en el tercer episodio del segunda base y noveno en el orden Antonio Pacheco, y el duelo así se fue hasta la octava entrada donde los antillanos aprovecharon dos errores de la defensiva poblana para hacer explotar a su pesadilla y timbrar su segundo registro.

Fue tan dominante la labor de Espinoza, que cinco de los primeros siete episodios los retiró en tres bateadores y los dos restantes en cuatro.

David Vázquez, antesalista poblano recuerda que escuchaba todo lo que se decía en la caseta de los cubanos y entre otras expresiones sus coaches decían a sus jugadores “ya bateen, caray”. Y los jugadores respondían “pues dile ya a ese zurdo que nos deje hacerlo”, refiriéndose a la serpentina de Espinoza.

Hoy, 39 años después “La Paloma” mantiene presente en su memoria ese gran juego, y hasta la fecha conserva como testigo la crónica que quedó plasmada en diarios de la presenta poblana.

La segunda carrera la aceptó en la octava tanda, donde si bien es cierto el cuadro se amantequilló, en el jardín central lució con su guante el veracruzano Andrés Saviñón quien, de espaldas al plato, en plena franja de advertencia en lo profundo del jardín atrapó el tablazo de Víctor Meza.

Después Pedro Jova sacudió sencillo al derecho para empujar el segundo registro y mandar a las duchas al abridor poblano.

Guillermo Méndez entró al relevo y admitió la última carrera, impulsada por single de Gurriel al jardín derecho en el noveno rollo.

Del otro lado, el abridor cubano José Luis Alemán, lanzó una joya manteniendo a Puebla sin hit ni carrera durante cinco episodios.

El único que se le había embasado a esas alturas era David Vázquez por un error del jardinero central Víctor Meza ya con dos fuera, en el mismo primer rollo.

El encanto se lo rompió el experimentado Manuel Díez (QEPD), quien le abrió con sencillo al central en el sexto episodio para colocar la potencial del empate en los senderos.

Andrés Saviñón se sacrificó, pero Alemán colgó la argolla dominando a David Arroyo en elevado al izquierdo, que permitió al corredor llegar a la antesala en pisa y huye, y ponchando a Camarillo.

En total, Alemán brindó una gema en ocho entradas de un solo imparable, con un total de 12 abanicados. Los únicos del orden al bate inicial que no se poncharon fueron David Arroyo, David Vázquez y Andrés Saviñón.

La novena la sacó con tres rodados al cuadro J.R. Rizcart para completar la blanqueada y apuntarse el salvamento.

El duelo fue organizado por el gobierno del Estado, a través de la Dirección General de Educación Física que comandaba el Teniente-Coronel, Raúl Velasco de Santiago, y la Asociación Poblana de Beisbol, que presidía el profesor Miguel Ángel Pérez Lima, ambos ya fallecidos.