Grito de campeón… Pericos es el nuevo REY de la Liga Mexicana

Con tres carreras en la novena tanda, aprovechando el descontrol del cerrador, los verdes dieron la voltereta a la pizarra para superar 5-4 a Laguna y convertir la Noche Mexicana en una fiesta poblana

J.L. HERMIDA USCANGA/Fotos cortesía LMB

TORREÓN, Coah., 15 de septiembre.- Los Pericos de Puebla aprovecharon a la perfección el descontrol del cerrador Thomas Mclraith para venir de atrás y timbrar tres anotaciones en la apertura del noveno episodio para consumar una espectacular voltereta y superar 5-4 a los Algodoneros de Unión Laguna para con cuatro triunfos consecutivos consagrarse en seis juegos como los nuevos monarcas de la temporada 2023 de la Liga Mexicana de Beisbol de Verano, y dar el grito de campeón y hacer suya la Noche Mexicana en el mismo estadio Revolución en la fecha histórica del 15 de septiembre.

Sí, siete años después que los mismos verdes se proclamaron campeones en Tijuana al superar un 14 de septiembre hora de la frontera y 15 de septiembre hora del centro de México, en seis juegos, a los Toros, los verdes lo volvieron a hacer en una fecha similar en igual número de partidos. Y al igual que en ese 2016 y como en todos los años que han sido campeones los equipos poblanos, habrá un desfile deportivo por las principales calles y avenidas de la ciudad hasta el Hermanos Serdán porque este equipo de guerreros se merece eso y mucho más.

Y mientras en todo México, en todos los escenarios se realizaba el grito de Independencia, en el estadio Revolución, los Pericos le sacaban el juego de la bolsa a los Algodoneros, para redondear una gran campaña en una fecha histórica, similar a tres de las cuatro últimas coronaciones poblanas.

Es el sexto título en la historia de Puebla, y la tercera vez en la historia moderna -de 1970 a la fecha- que les toca levantar la corona en patio ajeno. Lo hicieron en 1986 como Ángeles Negros en Monterrey; en 2016 en Tijuana y en este 2023 en Torreón, ante unos Algodoneros que tendrán que seguir esperando para romper una sequía de 73 años sin ganar la corona al perder su cuarta final desde 1974 a la fecha.

ESPECTACULAR

Además, los Pericos se convierten en el primer equipo que avanza a la segunda fase después de perder la primera ronda de playoffs y avanzar por el beneficio de ser el mejor perdedor entre las tres batallas de la División del Sur.

Y aunque cayeron en siete juegos contra el Águila después de ganar los tres primeros, después tomaron la estafeta de “Caballo Negro” cuando lograron acabar con los Diablos en seis partidos y finiquitar así un dominio histórico de los Escarlatas.

Vino la venganza en cinco partidos contra los Leones para coronarse monarcas del Sur destronando al Rey, y en la Serie del Rey después de perder los dos primeros partidos, se levantaron para ganar los cuatro siguientes duelos poniendo fin así a ese maleficio que los perseguía de no poder ganar final alguna después de fracasar en los dos primeros duelos.

Cuando con corredor en primera y dos outs, Allen Córdoba rodó por la intermedia y Samar Leyva levantó y le pasó a Adames para forzar al corredor, allí terminó todo. El Revolución enmudeció y empezó el festejo de los Pericos en el terreno de juego, donde jugadores y directivos comenzaron a saltar y a festejar, entre ellos tanto Alfonso “Chato” López como Enrique “Chatito” López, que puede ser la primera pareja de padre e hijo que, estando en la dirección deportiva, consiguen un logro de tal magnitud con el enorme apoyo del genio de la sabermetría Wilmer Reina.

Y qué decir de José Miguel Bejos, don Alfredo Miguel, Nacho Trigueros y toda la directiva poblana que en menos de cuatro años activos desde que tomaron las riendas del equipo dieron a Puebla otro campeonato, tal como lo hizo Gerardo Benavides en 2016 que, después de tomar los bártulos un año antes, rompió una sequía de 30 años sin ser monarca.

Ahora no fueron 30, sino que sólo siete, con un equipo que se fue construyendo al paso de la campaña con el arribo de peloteros como Chris Carter, distinguido con el premio de Jugador Más Valioso, Samar Leyva, Cristhian Adames, Roel Ramírez, Elkin Alcalá, y sobre todo con un cuerpo técnico reestructurado cuando llegó Sergio Omar Gastélum al timón, exactamente en el partido número 17 de la campaña, después del 6-9 con que empezó Héctor Hurtado, y que Héctor Estrada dirigía un encuentro mientras arribaba a Puebla el nuevo timonel.

“Sí, quiero ser campeón y si con alguien puedo lograrlo es con este equipo”, dijo Gastélum en entrevista con este reportero.

Y lo logró. Sí, con ese equipo de valientes guerreros que pelearon hasta el fin y aprovecharon cada oportunidad y flaqueo del rival para hacer lo suyo y consumar la obra.

ESA NOVENA TANDA

Yoimer Camacho lanzó sin hit ni carrera durante cinco entradas, pero en la sexta se derrumbó y Laguna armó un ataque de cuatro anotaciones para tomar ventaja de 4-2 en el partido, y así llegó hasta la novena cuando apareció el cerrador Thomar Mclraith quien entró por esos tres outs con que Laguna buscara alargar la batalla hasta el séptimo partido.

No fue así, porque Mclraith les echó a perder todo. Regaló boletos consecutivos a Samar Leyva y Juan Kirk, Germán se sacrificó y otro boleto a Miguel Guzmán llenó los senderos.

El sufrimiento y la preocupación se veía en la cara de los miles de aficionados laguneros. José Molina trajo al zurdo Jeff Ibarra para enfrentar a Danny Ortiz, quien defendió el turno hasta que logró sacar el imparable por el hueco y primera y segunda que mandó a tierra prometida las carreras del empate en los spikes de Leyva y Rogelio Cobos, quien ingresó como emergente y quien llegó barrido por dentro, de abanico, metiendo la mano para tocar el plato y vencer la estirada del receptor Alejandro Flores; y después Cristhian Adames sacudió la línea a la misma zona para traer la carrera del despegue, el triunfo y la coronación.

LO QUE PASÓ

Los verdes tomaron la delantera con dos registros en el segundo episodio aprovechando el descontrol del abridor Aldo Montes cuando Pete O’Brien y Stankiewicz gorrearon la base, Leyva se embasó en error del segunda base Albert Lara, quien malabareó una rola que pintaba para doble crimen, para que Juan Kirk trajera la primera con sencillo, y una rola difícil por la inicial de Germán empujó el segundo registro.

Camacho mantuvo la ventaja son cinco entradas en blanco sin admitir imparable, pero en la sexta Allen Córdoba, J.J. Muno siguió con batazo similar por el izquierdo para meter a Laguna al juego; Nick Torres siguió con sencillo, pero se pasó de la inicial y cuando fue atrapado en tira-tira, Muno fue sorprendido fuera de la antesala para un out clave de la defensiva verde; allí salió Camacho y entró Héctor Villalobos, quien fue sacudido por sencillos consecutivos por Villar y Escarra para poner los cartones iguales.

Con la primera base desocupada, Villalobos regaló boleto intencional a Nevárez para llenar la casa, y allí Gastélum jaló por Roel Ramírez para tratar de frenar la rebelión, pero Alejandro Flores lo saludó con sencillo para empujar dos carreras más que convirtieron el Revolución en un manicomio.

Después Roel se fajó para evitar el derrumbe verde dominando en sendos elevados al derecho a Albert Lara y a Édgar Robles.

Tanto José Torres como Jake Jewell lucieron intransitables en la séptima y octava retirando en orden, pero apareció la novena donde el descontrol de su cerrador marcó el principio del fin para Unión Laguna.

Sí, porque el pitcheo de Laguna regaló ocho boletos, de los cuales cinco se convirtieron en carrera y terminaron por sentenciar el triunfo y la coronación poblana.

Ganó Erick Preciado quien trabajó la octava entrada con salvamento de Elkin Alcalá y perdió Thomas Mclraith.

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